Retraso en la Información Exógena: Cómo Prepararse como Contador

Este año, la DIAN nos regaló una nueva emoción: la información exógena para personas naturales no estará lista sino hasta el último día hábil de julio, debido a una contingencia técnica ocurrida en mayo. ¿Y qué significa eso para nosotros, los contadores que trabajamos con seriedad y con el calendario en la cabeza? Que nos tocó ponernos la capa… pero también el casco.

Aquí te dejo mi análisis contable-emocional sobre esta situación:

LO BUENO:

Sí, hay cosas buenas, pero toca verlas con lupa profesional.

  1. Más tiempo para prepararte con cabeza fría
    Esta demora te da espacio para organizar la casa antes de que llegue el aluvión de clientes. Puedes revisar con calma patrimonios, ingresos, movimientos bancarios y… , esas cuentas de ahorros que el cliente juraba que no tenía.
  2. Momento perfecto para educar al cliente
    Esta es tu oportunidad de oro para explicarle que la exógena NO reemplaza la realidad económica. Que no se trata de copiar y pegar, sino de interpretar. Y ahí entras tú como asesor de verdad, no como digitador.
  3. Te da autoridad profesional
    Cuando tú sabes lo que viene y lo explicas con claridad, el cliente te respeta más. Eres quien anticipa, no quien reacciona. Y eso vende. Mucho.

LO MALO:

Aquí ya empezamos a apretar la mandíbula.

  1. Los tiempos se acortan peligrosamente
    Si todo el mundo espera la exógena para empezar… imagina la bomba que va a estallar en tu agenda la primera semana de agosto. ¿Te suena el síndrome de las 11:59 p.m.?
  2. Dependencia excesiva del archivo mágico
    A muchos les enseñaron que declarar renta es bajarse el XML de la DIAN y ¡chao! Pero no. Esta situación demuestra que sin criterio profesional, sin análisis, no hay declaración que aguante.
  3. El estrés se empieza a sentir desde ya
    Porque sí, ya hay clientes preguntando “¿ya salió la exógena?” mientras tú apenas estás enviando los primeros correos para pedir documentos. Respira, colega. Respira.

LO FEO:

Lo que no quisiéramos vivir, pero es mejor tenerlo mapeado.

  1. Correcciones y sanciones a la vista
    Si el tiempo se acorta y haces declaraciones a la carrera, los errores van a llegar. Y los clientes no van a decir “gracias por ayudarme”. Van a decir “¿por qué me sancionaron?”
  2. El contador es el culpable de todo
    La DIAN se demora, pero el cliente solo ve que tú no lo llamaste, tú no lo advertiste, tú no le dijiste qué hacer. En esta profesión, tristemente, los errores ajenos se facturan en tu reputación.
  3. Se te puede ir un cliente solo por no explicar bien
    A veces no es que el cliente sea desleal. Es que nadie le contó lo que estaba pasando. Y se fue con otro simplemente porque ese otro sí lo llamó a tiempo.

¿Entonces qué hacemos?

Nos preparamos con estrategia:

  • Mandamos los correos desde ya.
  • Organizamos los documentos con o sin exógena.
  • Le mostramos al cliente que esto es serio y no se deja para el último día.

Los buenos contadores se adaptan, se anticipan… y declaran con criterio.

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