Hay algo que muchas veces no se dice en voz alta, pero se siente en el silencio de los contadores que aún no se atreven a dar el paso: el miedo de enfrentarse a su primera declaración de renta.
Ese miedo no siempre viene del desconocimiento. A veces, viene de una voz interna que repite que aún no es suficiente, que falta experiencia, que podría cometer un error, que hay otros más preparados. Y así, cada año, cientos de contadores postergan una de las habilidades más necesarias y rentables de su ejercicio profesional: aprender a declarar renta persona natural.
Pero, ¿y si el cliente ya está ahí? ¿Y si alguien, ahora mismo, necesita de un contador responsable, comprometido y con disposición para aprender? ¿Y si lo único que falta… eres tú, creyendo en ti?
Lo cierto es que ningún contador nace sabiendo. Ni siquiera los más experimentados comenzaron con certezas. Comenzaron con inseguridades, con preguntas, con dudas reales. Pero también con el compromiso de hacer las cosas bien, con ética, con investigación, y con la humildad suficiente para reconocer cuando necesitan apoyo.
No se trata de lanzarse a cobrar sin bases. Se trata de reconocer que no necesitas tener todas las respuestas para empezar, sino las preguntas correctas y la voluntad de buscarlas.
Tu primera declaración de renta no será perfecta. Pero será tuya. Y eso ya es un logro. Significará que saliste de la zona cómoda de lo operativo, para entrar al terreno de lo consultivo. Y en ese paso, se abre una puerta: la de los ingresos reales, la del crecimiento profesional, la de la confianza que nace del hacer.
Muchas veces les digo a mis estudiantes: “Así no cobres, haz una. Así sea para un familiar. Hazla con guía, hazla con supervisión, pero hazla. Porque después de la primera… ya no eres el mismo.” Y no lo eres. Porque ahora sabes que sí puedes.
El mundo no necesita más contadores que acumulen certificados sin aplicarlos. Necesita profesionales que se atrevan. Que aprendan. Que se equivoquen con ética y que mejoren con criterio. Y tú puedes ser uno de ellos.
En ElsaMaraContable te acompaño a dar ese paso. Porque aquí no se juzga al que empieza. Se abraza. Se forma. Se impulsa.
Si hoy sientes que aún no estás listo, te dejo una invitación clara:
Hazlo con miedo. Hazlo con respeto. Hazlo acompañado. Pero hazlo.
Tu primer cliente de renta puede estar más cerca de lo que imaginas.
Y tu versión segura, profesional y preparada… también.
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No esperes sentirte listo. Prepárate conmigo.
